-De la dicha sólo tenemos el recuerdo. Nunca hemos tenido la experiencia. El hombre conoce la felicidad de referencias. De oscuras referencias interiores. La felicidad no puede estar en el futuro, porque la tomamos siempre del recuerdo, llevamos la imagen en la memoria. La felicidad es algo que ocurrió una vez.
-No es un problema de conocimiento, la literatura es un problema de pluma.
-El dolor humano parece una negación de Dios, pero en realidad es su más firme sustento. Sin dolor, Dios no sería tan necesario como consuelo, y sobre todo como indignación. La indignación superada, asumida, es ya la fe. Yo, de momento, no he necesitado a Dios para desesperarme. Eso sería un mezquino empleo de Dios. Pero la humanidad no conoce otro.
-Por el contrario la vida me ha parecido siempre una novela mediocre, una mala novela sin premio, donde todo vuelve y se confirma y se repite a sí mismo hasta anularse.
-Huyo, sí, a ese mundo quieto y ficticio, a una vida posible e inexistente, a veces, escapando de mi propia vida, de un naufragio donde nadie se ahoga.
-Pasamos del sol a la sombra como de la vida a la muerte. Pasamos de la vida a la muerte, de la muerte a la vida, como del sol a la sombra, y vuelta, y este juego es vivir.
-El hombre es sólo testigo momentáneo de tanta belleza sin motivo.
-Cómo está el mundo … sigue la sangre, la muerte, el espectáculo bochornoso que la humanidad viene dando desde el principio de los siglos. Lo nuestro no tiene arreglo. El hombre es decididamente mediocre y nunca hará carrera.
-Todos sabemos, unos y otros, dónde está el bien y cómo tendría que ser el mundo para resultar menos indigno y menos injusto. Ya no hay de por medio ideologías confusas ni teologías complicantes, como en el pasado. Estamos cara a cara con la verdad. El hombre explota al hombre y eso es todo.
-Sufro como hombre, a la medida del hombre.
-El quehacer nos ha mantenido en la vida.
-Cómo negar la mitad en sombra de la vida, si están ahí los sueños.
-De la prosa de la vida hago en sueños poemas surrealistas.
-Mis sueños sólo me dan una versión embrollada de lo que tengo muy claro.
-No se trata de vestir a Dios de albañil, sino de comprender que los más viejos, nobles y humildes oficios tienen su modelo y origen en la naturaleza misma.
-Porque las palabras son cadáveres, enterramientos, embalsamamiento de cosas.
-El pensamiento no es sino una contaminación de las necesidades de la selva. Pero la emoción lírica se sale de todas las necesidades. Ahí está el hombre: en la emoción lírica, en el sentimiento lírico.
-Hay una piedra luminosa de donde nace la mirada, hay un agua estremecida de donde nace la risa, que son siempre iguales en la caverna del ser.
-Somos la piedra y el mar que la pule. Nos redondeamos a diario, viviendo. Cada vez es uno más sí mismo. Algunos filósofos lo llaman individuación. Otro nombre para el alma.
-Una mujer mediocre es como un libro malo: hace dudar de la literatura entera, de lo femenino universal.
-Meter la vida en un libro, tomarle medidas al tiempo, eso es escribir.
-Yo soy el hombre de la calle, el señor que pasa, ese que yo veía pasar de niño.
-Estamos todos aquí tan perdidos, tan sin destino, la humanidad está tan desempleada que necesita del ejemplo de los grandes, de los decididos, de los triunfadores, de los gloriosos, de los que parece que tienen destino, aunque tampoco lo tengan.
-El muerto que seré y que ya voy siendo.
-Pero lo único cierto es la cloaca sexual que cada noche invade el mundo. Una realidad zoológica y apestosa. Avergonzados de la elementalidad de todo esto, que no es sino una dinámica de rebaño, hemos hecho lirismo, filosofía, complicación y metafísica. Lo he repetido más de una vez: toda cultura no es sino el esfuerzo desesperado del hombre por dignificarse a sí mismo, por estofarse de transcendencia. La religión quiere darnos un alma y la cultura quiere darnos un traje.
-Pero me asusta el vértigo del corazón, lo insondable de la memoria, la capacidad del llanto, y no llego a tocar la carne dorada y sagrada de tu recuerdo.
-El universo no tiene otro argumento que la crueldad ni otra lógica que la estupidez.
-Porque lo más desolador es que ni en la muerte nos encontraremos.
-Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen que es Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse.
-El sol es sórdido y el día resplandece de puro inútil, alumbra de puro vacío, y en el cabeceo del mundo bajo un viento banal sólo veo la obcecación vegetal de la vida, su torpeza de planta ciega. El universo se rige siempre por la persistencia, nunca por la inteligencia. No tiene otra ley que la persistencia. Sólo el tedio mueve las nubes en el cielo y las olas en el mar.
-Estoy viviendo muerte, porque la muerte hay que vivirla en vida. Luego, en la muerte ya no hay muerte.
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