25 dic 2009

LOS MEMES

El meme de los memes lo puso en circulación Richard Dawkins, al final de su obra sobre los genes: El gen egoísta. Sugería el biólogo británico que entre nosotros había surgido un nuevo replicante, cualitativamente distinto al ADN, el meme o unidad de transmisión cultural.

Eduardo Punset:
¿Crees en los memes? Ya sabes lo que dijo Richard Dawkins: la evolución ya se ha acabado, y ahora lo que importa realmente es la competición entre ideas, y hay una selección natural entre ideas.

Cavalli-Sforza:
Oh, sí, sí, sin duda lo creo, porque me parece que fui yo quien inició esta idea. Yo la llamo la transmisión cultural en la evolución. Dawkins inventó este nombre de memes, y algunos lo usan; a mi no me convence mucho, pero eso no importa. Porque es claramente una palabra para referirse a las ideas, que son muy diferentes de los genes. Los genes son lo que nos hacen como somos, los genes del ADN. Pero las ideas, en cambio, son los productos del cerebro: los circuitos entre las células nerviosas funcionan de una cierta manera y generan, o toman, la forma de ideas finalmente, y nosotros las transmitimos los unos a los otros por medio del lenguaje, por la comunicación. Es esto lo que ha hecho al hombre tan poderoso, la razón por que le ha sido posible esparcirse por todo el mundo y vivir en entornos que son totalmente inaccesibles, en los que antes era imposible vivir.

Eduardo Punset:
Profesor Cavalli-Sforza, cuando oyes a un biólogo molecular hablar de la evolución, a veces sólo se habla de aminoácidos y bases, y de genes y diferencias. Sin embargo, ahora, mientras hablaba contigo, me he dado cuenta de que no usas el mismo tipo de lenguaje: parece que todo el tiempo estamos hablando de homogeneidad y similaridades. ¿Son dos formas diferentes de mirar a la evolución?

Cavalli-Sforza:
Lo que observamos son evoluciones diferentes. Una es la evolución de los genes y la otra es la evolución de la cultura. Pero la cultura es posible porque estamos hechos de una forma determinada: estamos hechos de aminoácidos, y de ADN, y las células realizan ciertas funciones, y las realizan perfectamente; además existen diferentes tipos de células que colaboran de formas muy precisas para hacernos funcionar. Pero el cerebro es el órgano principal que interviene en la comunicación, en las ideas y en el pensamiento.

Eduardo Punset:
¿Sucedió algo muy diferente con el neurocórtex en particular, en relación con otras especies?

Cavalli-Sforza:
Bueno, es como lo que hemos podido ver en el desarrollo de los ordenadores. Al principio los ordenadores eran cosas muy grandes que podían hacer cosas muy simples, y que tenían miles de válvulas y tal. Ahora tenemos ordenadores muy pequeños que son mucho más eficaces que los antiguos. Y lo mismo le ha sucedido a nuestro cerebro, que hemos añadido más hardware -en términos de informática-, pero este hardware funciona de una manera excelente. En algunas cosas es más eficiente que los ordenadores y en otras menos. Es menos rápido que los ordenadores, porque utiliza otro tipo de transmisión en su interior, pero tiene una capacidad enorme de almacenaje en la memoria.


Eduardo Punset:
¿Tienes confianza en el cerebro? Quiero decir que siempre nos fijamos en las grandes virtudes del cerebro: su gran capacidad de asociación, una memoria enorme... Pero ¿no tiene también límites, este artilugio evolutivo?

Cavalli-Sforza:
El cerebro tiene la capacidad de razonar, no cabe la menor duda: la lógica del cerebro es muy poderosa, casi tanto como la de un ordenador, en cierta forma, y a veces incluso mejor. Pero también tiene emociones, impulsos, instintos; todos son partes del cerebro, y son éstos las que nos mantienen vivos: sin ellos no seríamos capaces de comer, o reproducirnos, o hacer lo que sea necesario para resolver los problemas que se presentan. Pero no siempre nos guían en la dirección correcta, o al menos con la intensidad adecuada. A veces hay una exageración en la respuesta a nuestros impulsos. Muy a menudo nos enfadamos mucho; el enfado tiene cierta utilidad bajo ciertas circunstancias, pero otras veces es pernicioso. No somos muy buenos con nuestros sentimientos, y puede que ese sea el peor problema que tenemos. Pero a veces tampoco razonamos correctamente, y razonar correctamente es importante: realmente, la mejor forma de hacerlo es intentar comunicarse con otras personas. Idealmente, con las personas adecuadas; no hay que acudir a las personas equivocadas a pedir consejo. Quizá no es fácil elegir a las personas adecuadas, pero en esto consiste la vida... es intentar ser razonablemente sabio...

Eduardo Punset:
...en la elección de las personas adecuadas.

Cavalli-Sforza:
...por ejemplo en la elección de tus amigos; o en tomar las decisiones correctas; o en no dejarse traicionar por los propios impulsos, por los instintos. Esto es lo mejor que podemos esperar conseguir: llegar a ser sabios, sabios en el mundo. Creo que estas son las mejores sugerencias que puedo intentar dar.



http://www.rtve.es/tve/b/redes2007/semanal/prg223/entrevista.htm

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